2012: El año en que la IA aprendió a ver como los humanos
Si en 2011 IBM Watson nos dejó boquiabiertos al ganar Jeopardy! demostrando que las máquinas podían entender y responder preguntas en lenguaje natural, 2012 nos traería otro hito histórico que cambiaría para siempre la forma en que las máquinas "ven" el mundo.
La revolución visual de la IA: El hito de AlexNet
El protagonista de esta historia es AlexNet, un algoritmo de aprendizaje profundo que ganó por primera vez la prestigiosa competición ImageNet de reconocimiento visual. Pero, ¿por qué fue tan importante esta victoria? Imagina que estás enseñando a un niño a identificar objetos en fotografías. Al principio, cometes errores, pero poco a poco vas mejorando. Hasta 2012, las máquinas cometían muchos errores al intentar reconocer imágenes - aproximadamente fallaban en 1 de cada 4 intentos. AlexNet redujo estos errores de forma espectacular, acercándose mucho más a la capacidad humana.
Lo revolucionario de AlexNet fue su capacidad para aprender por sí mismo las características importantes de las imágenes, algo que antes los programadores tenían que especificar manualmente. Es como si en lugar de decirle a alguien "para reconocer un gato, busca orejas puntiagudas y bigotes", le mostraras miles de fotos de gatos y dejases que aprenda por sí mismo qué hace que un gato sea un gato.
Este avance no llegó solo en 2012. Curiosamente, ese mismo año, los científicos del CERN anunciaron el descubrimiento del bosón de Higgs, una partícula fundamental que nos ayuda a entender cómo se forma la materia en el universo. Al igual que el bosón de Higgs nos permitió ver lo invisible en el mundo subatómico, AlexNet nos permitió dar a las máquinas una nueva forma de "ver" y entender el mundo visual que nos rodea.
Las aplicaciones prácticas de este avance no se hicieron esperar: desde mejores sistemas de diagnóstico médico por imagen hasta coches autónomos más seguros, pasando por sistemas de seguridad más precisos. AlexNet marcó el inicio de una nueva era en la visión por computador.
Este hito sentó las bases para futuros avances en inteligencia artificial, preparando el terreno para lo que vendría después. En 2014, nos encontraríamos con otro momento fascinante cuando el chatbot Eugene Goostman supuestamente superaría el test de Turing, planteando nuevas preguntas sobre la capacidad de las máquinas para imitar el comportamiento humano...
¡Pero eso ya es otra HistorIA!
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