OpenAI en números rojos: la carrera hacia la rentabilidad en 2029

Ilustración para acompañar el cuento "Confirmado, OpenAI no llega a fin de mes". Refleja la tensión entre los inversores y competidores en torno al futuro financiero de OpenAI y la industria de la IA.

Se estima que OpenAI acabará 2024 con unas pérdidas de 5.000 millones de dólares y que no espera obtener beneficios hasta 2029. ¿Estamos ante una nueva burbuja como la de las puntocom o es la IA la piedra filosofal que transformará lo que toque en oro?

¿Dónde está el dinero en la IA gratuita?

Cuando Google se convirtió en el buscador favorito de los internautas y comenzó a ofrecer servicios gratuitos como Gmail, agregadores de noticias o la extinta red social Google+, pronto descubrimos que el precio no se pagaba en euros, sino en algo más valioso: nuestros datos. A cambio de servicios "gratuitos", Google perfilaba cada uno de nuestros movimientos hasta el punto de poder anticipar cuándo cambiaré mi tostadora, qué marca elegiré y en qué tienda online la compraré. Estos datos son el oro moderno, fundamentales para monetizarlos a través de publicidad dirigida.

Ahora, con los productos de inteligencia artificial generativa gratuitos, me pregunto: ¿dónde está el negocio? Si puedo acceder sin coste y los modelos no aprenden de mis interacciones, ¿cómo ganan dinero Meta, Google, OpenAI o Anthropic? Como dicen en las películas hay que seguir el rastro del dinero. Sigue leyendo si quieres entender el contexto de lo que está pasando con las inversiones en IA, te lo cuento en formato de microrelato, espero que lo disfrutes. Además si me dejas un comentario y me envías un mensaje, te enviaré la historia en formato comic dibujado por ChatGPT y Gemini con instrucciones de Claude, simplemente espectacular!!

Confirmado, OpenAI no llega a fin de mes

En un mundo no muy lejano, donde los bits danzaban al ritmo de algoritmos cada vez más inteligentes, se alzaba el gigante OpenAI. Sus creaciones, ChatGPT y DALL-E, eran la comidilla de más de 250 millones de usuarios semanales. Pero detrás de la fachada de éxito, se escondía un secreto a voces: OpenAI no llegaba a fin de mes.

Sam Altman, el capitán de este titánico barco, se paseaba por los pasillos de la empresa con una sonrisa tensa. "¡3.600 millones de ingresos para 2024!", anunciaba a sus empleados. Pero en la soledad de su oficina, la realidad lo golpeaba: 5.000 millones en pérdidas para el mismo año.

"¿Cómo es posible?", se preguntaba un joven programador. "Simple", respondió un veterano consultor financiero que pasaba por allí. "Entrenar un modelo como GPT cuesta más de 100 millones de dólares. Y eso es solo el principio".

Mientras tanto, en las oficinas de Google, el equipo de Gemini se frotaba las manos. "OpenAI está sangrando dinero", susurraban. "Es nuestra oportunidad". Pero lo que no sabían era que ellos también estaban atrapados en la misma carrera por dominar la IA, donde el costo de la innovación superaba con creces los ingresos a corto plazo.

En las calles de Silicon Valley, un grupo de inversores veteranos se reunía en un café. "¿Recuerdan la burbuja de las puntocom?", preguntó uno con nostalgia. "Esto se parece peligrosamente", respondió otro. "Pero esta vez es diferente", intervino un tercero. "La IA tiene aplicaciones reales, tangibles".

De vuelta en OpenAI, Altman miraba el horizonte. "2029", murmuró. "Ese es el año en que todo cambiará". Su plan era audaz: aguantar la tormenta, perfeccionar la tecnología, reducir los costes de operación y cuando el mundo estuviera listo, monetizar como nunca antes se había visto con un abanico enorme de nuevos productos basados en IA y de pago.

Pero la pregunta que flotaba en el aire era: ¿Podrían aguantar tanto tiempo? ¿O la burbuja de la IA explotaría antes, llevándose consigo las promesas de un futuro gobernado por la inteligencia artificial?

Mientras tanto, los usuarios de ChatGPT seguían preguntando: "¿Cuánto tiempo más podré usar esta herramienta de forma gratuita? ¿Cuándo sea de pago y el precio suba me lo podré permitir? ¿Cuántos chistes de Lepe se sabrá ChatGPT?", ajenos a la tormenta financiera que se gestaba tras bambalinas.

Y así, en este nuevo Salvaje Oeste digital, la carrera continuaba. Porque a pesar de las pérdidas millonarias y las promesas aún por cumplir, todos sabían una cosa: quien conquistara la IA, conquistaría el futuro. Aunque, por ahora, ni siquiera pudieran llegar a fin de mes.

Imagen en estilo cómic que ilustra la escena de Sam Altman gritando "¡Enséñame el dinero!" rodeado de inversores nerviosos, hologramas de ChatGPT y DALL-E, y robots de Google y Meta observando.

Los inversores le dirán a Sam Altman como Cuba Gooding Jr a Tom Cruise en Jerry Maguire ¡Enséñame la pasta! 

 

Comentarios

La burbuja de la IA ha dicho que…
A mi todo esto me recuerda un poco a la fiebre del oro de las puntocom. Se está quemando mucho dinero y las grandes empresas tienen que recurrir a la industria nuclear para hacer frente a la demanda de energía.
https://www.lavanguardia.com/andro4all/tecnologia/la-ia-se-queda-sin-energia-pero-google-lo-tiene-claro-reactores-nucleares
Veremos cuántas empresas, sobre todo las pequeñas, sobreviven cuando la burbuja estalle.
IA IA Blog ha dicho que…
Muchas gracias por tu comentario y recordarte que si te suscribes al blog te haré llegar la versión en comic de la entrada. Introduces un tema interesante ya que además de los riesgos de la IA que ya repasé en entradas anteriores, ni ChatGPT, ni Claude, ni Gemini mencionaron el riesgo que supone la gran cantidad de recursos que están devorando estos gigantes tecnológicos para que sus IAs generativas sigan funcionando. Quizá aborde ese tema en un poco más de profundidad en futuras entradas. Volviendo al enfoque que planteas, creo que todas estas empresas son conscientes que deben reducir sus costes operacionales y ello pasa por optimizar sus modelos reduciendo la cantidad de energía necesaria para funcionar. Hay estudios que están trabajando en entender cómo es que nuestro cerebro, mucho más potente que una IA generativa, a su vez consume mucha menos energía para funcionar. No sé si esto será otra burbuja, pero creo que el futuro próximo nos traerá muchas novedades.

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